Si nos remitimos a lo que se dice del significado de miedo, encontramos definiciones como que proviene del término latino metus. Se trata de una alteración del ánimo que produce angustia ante un peligro o un eventual perjuicio, ya sea producto de la imaginación o propio de la realidad.
El concepto también se utiliza para nombrar al rechazo o aversión que siente un individuo a que le pase algo malo u opuesto a lo que pretende para sí mismo y para sus seres queridos.
Puede decirse que el miedo resulta desagradable para quien lo padece. Esta emoción, sin embargo, también funciona como un método de supervivencia ya que pone en alerta a las personas y los animales frente a una amenaza.
Entonces, es posible encontrar una clasificación de los miedos, como si habláramos de categorías: Los hay llamados de supervivencia, que simplemente está haciendo alusión a la posibilidad de un peligro literal de pérdida de la vida. Sin ir más lejos, se lo ve en los animales cuando huyen de su depredador, en el instante que lo descubren cerca. Es un automatismo base que hace a la vida.
A medida que nos adentramos en la mente humana, encontramos por ejemplo los miedos de índole psicológica, con toda la gama de posibilidades: miedo a la oscuridad, miedo a subir a un avión, miedo a las cucarachas, etc.
Cuanto más escondido esté ese miedo, más fantasmal es para tu vida cotidiana.
Por qué y para qué sentimos miedo?. Si preguntamos porqué hay que ir al pasado, detrás de ese miedo si no hay peligro evidente en el afuera se esconden lo que llamamos evocaciones, proyecciones. Cuando lo que produce el miedo no es algo “peligroso”, es evidente que existe una carga emocional puesta en ese objeto externo, y entonces tiene que ver con la persona en sí. ¿Qué vivencias has tenido que dejaron marca al punto de generarte miedo?.
Respecto al Para qué, es obvio que es para “protegernos” de ese supuesto peligro.
También se dice que tiene relación con aquello que no es posible “controlar”. Justamente algo que el hombre detesta es la incertidumbre, no “saber” qué le sucederá, no conocer lo que se viene. Entonces esos miedos no asumidos se canalizan en determinados objetos a modo “hacer descarga” por alguna vía. No se trata de quitar del medio el objeto en sí, o la situación en sí, por ejemplo, si tenés miedo de viajar en avión, no viajar. Porque de ese modo, se acepta ese borde puesto afuera a modo de no atravesar lo que hay más allá. Y la situación entonces quedará estanca allí.
Desde lo astrológico hay energías que representan los “miedos”. Desde lo lunar - saturnino de donde surge la emoción de inseguridad y la protección saturnina de “muralla” combinada también con la presencia de la energía escorpiana, cuyas reacciones base es querer controlar.
La energía de Escorpio, en sus niveles más básicos representa lo oculto, lo no conocido en cada uno, aquello por lo tanto que se teme. Y aquello que se teme, generalmente se quiere controlar para así apaciguar esa emoción que inquieta. Cuando se quiere controlar, lo que se genera son conflictos, ya que el control implica imposición sobre un otro y eso fastidia. En consecuencia, en tanto no te adentres en ese bosque oscuro de tus miedos, ellos te dominarán y a modo reactivo, querrás controlar cómo sea la situación.
Interesante que una vez que identifiques qué situaciones te producen miedo, te preguntes qué más hay ahí y en la medida que rompas ese molde lograrás atravesar tu oscuridad. Como todo recorrido y como los mitos en sus relatos lo describen, aquel que se atreve a ingresar al bosque, a internarse en la cueva o en la batalla más temida, recibirá la ayuda del Universo y escribirá Su Propia Historia.
Ojalá hayas disfrutado de estas líneas, nos encontramos la próxima semana. ¡Hasta pronto!