Es más que evidente que vivimos en sociedad por alguna razón “inevitable”, aparentemente, y cómo está de algún modo cambiando la forma de relacionarnos. Pareciera que la tendencia actual es cuanto más aislado, más “conectado” a la tecnología y más falta de conexión con el de al lado, una moda que se propaga cada vez más...
La vida en comunidad se remonta a tiempos antiquísimos y de hecho las primeras comunidades se han establecido como tribus, en donde todos cumplían una función. Con el transcurrir del tiempo y de los paradigmas imperantes, las formas sociales fueron mutando. Al darle prioridad al trabajar para conseguir dinero, en las familias se produjeron las separaciones. Antes trabajaba la familia en el campo, con la venida de la era industrial, los hombres comenzarona migrar a las fábricas. La funcionalidad de la comunidad comenzó a debilitarse al punto de que hoy por hoy y sobre todo en las grandes ciudades, ni se conoce siquiera al vecino.
Yendo de lo general a lo particular, se habla de una era en donde cada vez más el ser humano vive en una burbuja. Desde lo psicoanalítico, sería hablar de un perfil psicótico, si observas a la gente en la calle notarás cómo cada quien está en su mundo, con sus auriculares puestos o mirando su celular mientras caminan y cruzan las avenidas, con el peligro que esa desatención implica. ¿Por qué ese rechazo a lo grupal hoy en día?. Es común escuchar frases del estilo: “si tuviera que decidir por mi cuenta, lo resuelvo en dos minutos”, “cómo cuesta ponerse de acuerdo con los demás”, etc. Se hace la marca en que es el otro externo el que obstaculiza porque no entiende, no capta como uno lo capta y es una aparente lucha de ver quién somete a quien.
De allí el fomento de la competencia en la sociedad actual, ¿qué clase de cooperación es posible establecer si se incentiva competir para pasar por encima del otro?. Es fundamental primeramente, encontrar tu propia conexión con tu mundo interno y descubrir qué es lo que en realidad, por más que quieras negarlo o taparlo, te falta. Porque justamente, cuando alguien compite con otro, ¿acaso no está dando por sentado que está completo, que es mejor?, ¿mejor con respecto a qué?. Si querés demostrar que sos mejor que el otro, imponiendo tus ideas, ¿dónde está la humildad en donde queda dicho que hay faltas en tu vida?. Es importantísimo recuperar lo valioso que es conectar con uno mismo y por lo tanto con el prójimo, aprendiendo de lo que el otro trae a tu vida que por algún motivo apareció en tu campo energético.
“Cuentan que en una carpintería hubo una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar diferencias.
El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar, ya que se pasaba todo el tiempo haciendo ruidos.
El martillo aceptó la culpa, pero pidió que fuera expulsado el tornillo, argumentando que había que darle demasiadas vueltas para que sirviera.
El tornillo aceptó el ataque, pero exigió la expulsión de la lija. Señaló que era áspera en su trato y tenía fricciones con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, pero exigió que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás como si él fuera perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició la tarea. Utilizó el martillo, la lija, el metro, y el tornillo. Finalmente, la tosca de madera se convirtió en un hermoso mueble.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación.
Fue entonces cuando el serrucho dijo: - Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso nos hace valiosos. Así que no pensemos en nuestras fallas y concentrémonos en la utilidad de nuestros méritos.
La asamblea pudo ver entonces que el martillo es fuerte, el tornillo une, la lija pule asperezas y el metro es preciso. Se vieron como un equipo capaz de producir muebles de calidad.
Esta nueva mirada los hizo sentir orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.”
De lo que se trata, en definitiva, es abrir tu coraza protectora y defensiva y te permitas que ingrese la información codificada en esos otros que conforman tu entorno. Gracias a la conexión con ese entorno, habilitas en vos el camino de tu transformación interna.
Ojalá hayas disfrutado de estas líneas, nos encontramos la próxima semana. ¡Hasta pronto!