Si hablamos de beneficios entonces hay perjuicios. Para poder definir lo que es beneficioso para uno es porque conoce lo que es perjudicial o aquello que sabes que no quieres en tu vida. Parte de esa información es posible recabarla de las experiencias vividas en ese terreno, en tanto y en cuanto también hayas hecho alguna clase de evaluación y posterior aprendizaje para no repetir los errores.
Suena muy interesante y en general, no es lo que suele suceder, esa frase de que el hombre es el único que tropieza más de dos veces con la piedra aplica aquí. ¿Por qué?. Porque no sueles tomar una actitud implicativa ante lo vivido, lo automático es culpar al otro, decir, que no era para ti porque era eso y aquello. Generalmente dejas por fuera recordar que fuiste tú quien eligió a esa persona. ¿Estabas tan errado o errada en ese momento o en realidad era la persona exacta?.
Entonces para hablar de lo que sí primero hay que tener presente lo que no. A modo de valorar cuándo una relación es beneficiosa es porque hubo experiencia y aprendizaje previo que tamiza la información.
Para valorar estar con alguien en un vínculo “beneficioso” es porque antes valoraste y aprendiste a estar en soledad. ¿Qué implica eso?. Implica el conocer qué es valioso en tu vida, qué te gusta, qué proyecto personal deseas en tu vida realizar, con quién te gustaría compartirlo. Son etapas, instancias. Con esas instancias vividas, en el momento que conoces a alguien, lo más importante es querer compartir un camino, o sea, no hay necesidad de que le dé sentido a tu vida. Si no se tiene claro ese desde donde, lo que venga será más de lo mismo.
Desde el punto de vista de la Astrología, existe una herramienta llamada Sinastría, que básicamente lo que propone es la conexión entre dos cartas, superponiendo esos dos mapas conocer qué diálogo se produce entre ellas. Posibles combinaciones que si no se asimilan y/o aprenden, volverán a atraer personas con similares características. Ahora bien, ¿Con conocer lo que dice la Sinastría alcanza?, ¡No!.
La Sinastría es para comprender un vínculo no para que elegir pareja. Justamente en esa lectura combinada, a diferencia de lo que se cree popularmente, no se trata de que todo esté armonioso entre esas dos cartas ya que sino sería tan ideal que aburriría. Si fueran todos trígonos y sextiles, es decir, todos aspectos armónicos con el otro, no habría chispazos que detonen movimiento. En realidad, una persona así la considerarías un hermano o hermana, no habría atracción que deriva en potencia creadora. Hay que considerar que el fuego surge de la fricción. Lo que a veces no suele controlarse es que esa chispa se transforme en incendio y produzca una catástrofe. ¿Qué significa eso?. Que en donde hay actitudes que el otro actúa y que “fastidian”, “molestan”, esas serían las chispas, uno se empecine en querer cambiar al otro porque no le agrada esa actitud. Y ahí no hay consideración de que si hay un fricción hay una posibilidad de reconocimiento y aprendizaje propio.
Cuando adoptas la actitud infantil de querer controlar al otro pretendiendo que cambie, lo que podría ser beneficioso lo transformas en perjudicial.
En definitiva, hablar de beneficios ya sea estando en pareja o no estando en pareja, significa que te encuentres a vos mismo o vos misma en cómo te vinculas con tu entorno.
Moviliza mucho más el estar en pareja porque es con quien más vulnerable te sientes y con quien menos es posible disimular. Por eso hay muchas personas que “eligen” no estar en pareja, justamente para no tener un espejo enfrente que les muestre lo que no quieren ver de sí mismas.
Ojalá hayas disfrutado de estas líneas, nos encontramos la próxima semana. ¡Hasta pronto!