En lo cotidiano cuando se habla de energías femeninas y masculinas generalmente se las asocia a una mujer y a un hombre, como si se trataran de roles estáticos. Nada más alejado de la realidad, porque esas energías habitan ambas tanto en hombres como en las mujeres. Y la confusión produce más confusión porque al tomarlo como algo estático se suelen actuar de forma estática. ¿Qué significa eso?. Significa que generalmente una de esas energías prepondera en nuestro carácter más que la otra. Y a eso hay que sumarle que, esa que se actúa por demás se actúa cuando no es el escenario más apropiado. Veamos entonces a qué me estoy refiriendo...
Desde el punto de vista astrológico es posible detectar en una carta natal cuál de esas energías sobresale más que la otra. Puede suceder que una persona en la síntesis de sus energías astrales cuente con más energía femenina que masculina o viceversa, o que estén equilibradas.
Independientemente de cuál sea el caso, el punto es que descubras cuál es la que se destaca en tu persona y luego de conocerlo en la teoría, te descubras en qué situaciones y momentos las actúas. Antes de descubrir esas situaciones también sería interesante que conozcas qué características son representativas de cada una, tal vez te sorprendas. En lo que respecta a energías masculinas, básicamente estamos hablando de energías que implican penetrar, avanzar, conquistar, activar, mover, imponer, expresar, electrizar. Cuando hablo de penetrar me estoy refiriendo a lo que puede producir, por ejemplo, una persona con su discurso, con su tono de voz, con su imagen, con su cuerpo. en el caso de la energías femeninas, implican recibir, acoger, contener, escuchar, acompañar, contemplar, callar, magnetizar. Y cuando se habla de recibir también es considerarlo en los diferentes planos de realidad, una persona que es receptiva, cuando escucha el discurso del otro, emocionalmente contiene, emana calidez y desde lo físico es magnética, atrae tal vez sin emitir sonido.
Desde lo astrológico son muy conocidos los planetas que representan a esas energías, Marte a lo masculino y Venus a lo femenino. Desde el punto de vista teórico es muy interesante, el punto es, ¿y cómo opera eso en tu vida cotidiana?. ¿Realmente logras identificar esas energías en tus palabras, emociones y acciones?. Aunque tal vez la pregunta parezca una obviedad, en realidad no estamos tan conectados de forma consciente como creemos.
¿Y cómo se sustenta ese argumento?. Se sustenta cuando por ejemplo una persona te responde, “y soy así de impulsiva, qué se va a hacer…”. O sea, si eres una mujer triple fuego, amazona urbana y vas por la vida relacionándote, es muy probable que ni te des cuenta cuando interrumpes a los demás cuando están hablando porque quieres soltar tus palabras lo más pronto posible. O cuando estás conversando con un hombre y avanzas sin que él recién haya movido un dedo. ¿Entonces esa mujer está en problemas por “ser así”?. ¡Claro que no!. El punto clave en todo eso es que no es que “es así”, sino que actúa de esa forma porque es la que aprendió, integrándose sus energías cósmicas con su historia personal, el esqueleto y la carne juntos.
Lo fundamental entonces es que primero conozcas de qué estás hecho de forma automatizada y que luego de conocerlo, decidas enriquecer tu vida eligiendo en realidad cómo quieres ser. Porque en el caso del ejemplo, no se trata de erradicar ese fuego impetuoso de la personalidad, además que sería imposible, sino que comprendas que tu consciencia a medida que despiertas, puede tomar el control de las diferentes situaciones y decidir cuándo conviene ser un volcán y cuando no.
Entonces, obviamente implicará un trabajo interno el desarrollo aquellos atributos “no dados” pero justamente de eso se trata la transformación personal. Transformarte en la persona que deseas ser y no más de lo mismo con maquillaje, con mejoras porque entonces no estás interrogando la base, la das por hecho y de ese modo lo que ocurrirá es que siempre aparecerá irrumpiendo cuando menos te convienen.
Entonces básicamente de lo que se trata es que apliques los siguientes pasos, en resumen:
Primero que tengas claridad qué implican las energías masculinas y femeninas. Segundo, prueba hacer el ejercicio de observar a tu alrededor y de detectar esas energías en las personas con las que interactúas diariamente, eso para comenzar por si te es difícil al principio observarlo en ti. Si te animas a auto-observarte, sin criticarte, mejor aún. Tercero, enumera en qué situaciones conviene una energía o la otra, por ejemplo, cuando tienes que pedir un aumento a tu jefe, ¿qué energía te conviene encarnar?. Cuando conoces una persona que te resulta muy interesante, ¿qué energía te conviene para acercarte y hablarle?, en ese caso sí influirá si eres hombre o mujer. Como ves, de lo que se trata es de una danza de energías que interactúan entre sí, creando y alimentando situaciones. No son hechos estáticos sino bien dinámicos y al comprender ese ritmo también brinda la posibilidad de que conozcas nuevas facetas tuyas y te animes a encarnar nuevos matices en tu vida. En definitiva amplía horizontes y permite sintonizar con las energías usándolas a favor.
Ojalá hayas disfrutado de estas líneas, nos encontramos la próxima semana. Que Tu Logos sea Tu guía. ¡Hasta pronto!.