En lo que respecta a los ritmos biológicos, el crecer está “programado” a modo de que todo avance en un ritmo incorruptible, las plantas, los animales, el ser humano. Sin embargo, en lo que respecta a nuestro mundo interno, no parece ser tan simple, ¿por qué sucede eso?.
Resulta ser que en lo que respecta a crecer internamente depende de varios factores. En principio, la raíz está en el hecho de que desde el momento en que estamos en este mundo dependemos de otros para subsistir y eso aunque no lo creas, deja marca. Esa dependencia hacia un otro hace que se generen lazos que sostienen en general bajo el tinte de la culpa y la deuda. Gracias a ese clan tenemos identidad, valores concretos, información de lo que sí y de lo que no, lo que parece que está “bien” y de lo que está “mal” y es como un tributo tácito que se teje en el momento en que comenzamos a dar nuestros primeros pasos en este mundo. Ese pacto silencioso de ser legado de lo que se ha recibido. También hay que considerar que en general, salvo casos excepcionales, no solamente dependemos sino que también se instala la inseguridad y el temor al valerse por si mismos.
Entonces, es obvio que al momento de valernos por nosotros mismos, y crecer estaríamos dejando ese nido seguro que nos dio la identidad. ¿Qué significa entonces Crecer?. Significa comenzar a trazar tu propio camino animándote a dar nuevos pasos, y de esa forma animarte a interrogar lo que te fue dado a modo de que elijas que sí y que no tomas de lo heredado, pero en eso es crucial comprender que al hacer eso, te estás ubicando en otra vereda, una vereda objetiva que observa sin miramientos ni apegos. Y ahí está una de las cuestiones más difíciles de lograr. ¿Qué somos entonces si no es lo que nos dijeron que éramos?. Esa pregunta obviamente produce un gran vacío, el conocido vacío existencial porque a medida que interactuamos con el mundo externo nos damos cuenta que hay más versiones de la vida, más visiones diferentes a las que recibimos del nido clánico. Crecer entonces es, atravesar las vallas que nuestras creencias históricas nos imponen.
Esas limitaciones están muy solapadas, no es tan simple de captar, uno lo disimula con miles de excusas porque justamente CRECER duele. Cuando quieres hacer algo que te desafía, y te das cuenta porque de solo pensarlo tienes la paradoja interna de sentir adrenalina y deseos de hacerlo y a la vez un pánico se apodera de ti acompañado de frases tales como: “eso es una locura, no lo lograrás…”, “es peligroso”, “me parece que no es el momento adecuado…”, etc.
Crecer implica que algo tiene que morir y con el tema de la muerte también hay otros fantasmas. El pánico a la finitud es un hecho. Y una de las cosas que tendrán que morir serán esas creencias que en algún momento de tu vida defendiste con uñas y dientes y ahora están siendo interrogadas. Y cuestionar lo que en algún momento te dio seguridad, asusta. Porque está la sensación de que tu castillo de naipes tal vez se venga abajo.
Una de las formas que puede orientarte en detectar aquello que está más allá de lo “permitido” en tu vida y que te implicaría todo un crecimiento interno lograrlo es preguntarte, ¿qué quieres lograr y que cada vez que lo has intentado lo has abandonado en el primer intento?. ¿Qué cosas has logrado concretar y que luego no sostuviste porque te dio lo mismo?, ¿Por qué hay cosas que ni siquiera has intentado hacer aún contando con los recursos?. Como ves, hay fuerzas internas que nos frenan en aquello que está ahí listo para que sea tomado por nosotros. Esas fuerzas internas basada en programas históricos te atan y se resisten a ser cuestionadas porque de hecho al crecer y lograr lo no “escrito en ti” estás poniendo en tela de juicio aquello que te fue dicho que era imposible. Eso obviamente es imaginario porque en realidad lo que hay detrás es una amplitud de consciencia, abrir la mente para comprender que hay mucho más de lo que nos han contado y por sobre todo la LIBERTAD de elegir. ¿Te animas a crecer entonces?
Si gustas conocer más del tema comparto a continuación el link del video programa que he realizado al respecto. ¡Que lo disfrutes!.
Ojalá hayas disfrutado de estas líneas, nos encontramos la próxima semana. ¡Hasta pronto!.
Carolina Capmany
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