Según investigaciones se ha corroborado que el cerebro funciona como una radio emisora, el cual emite y recibe vibraciones que se transmiten a través del éterd. Con lo cual, nosotros somos emisores y receptores de las vibraciones de los demás. ¿Qué vibraciones? Pensamientos, ¿y qué hace que un pensamiento ajeno llegue con fuerza a nuestro campo mental?. La emoción que le acompañe…
Siguiendo entonces con los principios que cita Napoleon Hill en su libro “Piense y Hágase Rico” en esta ocasión mencionado la importancia del cerebro como aparato receptor y emisor de la vibración del pensamiento.
El punto es que ignoramos el potencial que tiene nuestro cerebro y lo reducimos a nuestros 5 sentidos. ¿Semejante maquinaria con millones de neuronas simplemente para lo más básico de nuestro día a día?. Estuvimos y en cierto punto seguimos defendiendo la creencia de que solamente vale o existe lo que podemos registrar con nuestros sentidos, lo otro es fantasía. ¿No habrá acaso algo más que podremos conectar y despertar en cada uno de nosotros?.
Otro dato develador es el conocer que al estimular o aumentar a una frecuencia más elevada de vibración, la mente se vuelve más receptiva a la vibración del pensamiento que llega por fuentes externas por medio del éter. “Este “aumento” tiene lugar mediante las emociones positivas o las negativas. A través de ellas pueden incrementarse las vibraciones del pensamiento. Las únicas vibraciones que recoge y transporta el éter de un cerebro a otro son las que tienen una frecuencia extremadamente alta.“ Una de las emociones humanas que más intensifican ese fenómeno es la emoción del sexo.
Esa emoción produce entonces un aumento de vibración con lo cual los pensamientos llegan no solamente vía éter a otros cerebros sino también a nuestro propio subconsciente quien los recoge y opera sobre ellos. Napoleon Hill habla de tres factores clave a considerar: por un lado, el subconsciente como aparato emisor del cerebro por medio del cual se difunden las vibraciones del pensamiento. La imaginación creativa es el aparato receptor que recoge del éter las vibraciones del pensamiento. Y hay un tercer factor que es lo mencionado en uno de los artículos anteriores, la auto-sugestión, que funciona como el medio a través del cual poner en funcionamiento nuestra estación “difusora”.
Con lo mencionado anteriormente entonces queda dicho que “magnetizar” lo que deseamos en nuestra vida consta de considerar los conceptos mencionados anteriormente. Todo inicia con un Deseo, luego de eso es cuestión de vibraciones emitidas y recibidas para materializar lo que deseamos.
En lo relacionado a la energía astrológica, tiene relación con la energía de Capricornio ya que habla de un proceso, de una cuestión concreta como el cerebro y el considerar todo lo que implica materializar lo que uno desea. Si algo caracteriza a la energía capricorniana es el amor por el paso a paso y la paciencia para concretar planes u objetivos. En lo descripto anteriormente, está claro que es fundamental considerar las variables mencionadas y comprender la magia que logramos producir cuando conjugamos dichas variables, así de simple y maravilloso es el Universo.
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Carolina Capmany
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