En todo proceso de indagación y auto-conocimiento existen esos tramos del camino en donde comenzamos a vislumbrar qué es aquello que tanto nos atrae y que a la vez nos trae problemas y decimos que algo hay que hacer al respecto. En ese algo hay que hacer al respecto, se engloba en realidad un mundo en sí mismo. Un largo e intenso proceso en donde, en primer lugar, reconocer que deslindarnos de eso que nos atrae no es tan simple y que no se trata solamente de un decir.
Detrás de eso que sostenemos y defendemos hay motivos, creencias, en virtud de las cuales generamos situaciones cotidianas, o sea, nuestra realidad. Y esas situaciones a su vez, representan extremos de otras creencias que nos “tironean” internamente. Ahí es cuando nos sentimos divididos, partidos al medio. Y la dimensión 3D con su dualidad, “es esto o lo otro” nos mantiene en tensión interna.
Esa tensión que se produce en nuestro interior por un conflicto de creencias que nos dicen, por un lado, es momento que te decidas y hagas algo al respecto y por otro lado, cuidado porque no sé si es tan seguro hacerlo, puede hacer que se eternice una situación. Y al eternizar esa situación lo único que hacemos es desgastarnos y estancarnos. No hay riesgo, no hay un experimentar, no hay un poner el cuerpo con lo cual no hay un registro para evaluar. ¿Qué nos hace estancarnos?. Miedo, miedo a lo incierto, a perder el control, a no saber qué sucederá. La única forma de generar un cambio interno de transformación es soltar y avanzar.
Desde lo astrológico, la energía aquí presente en lo descrito es Escorpio, energía que habla de transformación pero como resultante de una fusión, de un “morir” a una creencia, una postura, una situación. Y esa parte es la que en general queremos saltear, decimos querer transformarnos pero sin dolor, sin perder algo y eso es imposible. Sería como si la oruga antes de convertirse en mariposa dijera “quiero conservar el capullo eh?, por las dudas”. Ese “por las dudas” es seguir aferrados a lo anterior, a seguir sosteniendo la misma forma de pensar, de sentir, de decidir en lo cotidiano y tener que reconocer que muchas veces barajar nuevamente no agrada en absoluto, preferimos conservar la misma jugada aún sabiendo que no nos permitirá ganar en algo.
Entonces, como la lógica tan hermosa del zodiaco lo propone, para llegar a encontrarle un sentido, una síntesis, la propia lógica a nuestra vida, o sea, Habitar Sagitario, hay que atravesar Escorpio. Justamente la energía de Sagitario invita a esa sabiduría encarnada en lo externo por la aparición de un guía o un maestro o la sabiduría interna de haber hecho síntesis ante determinada situación. El resolver los polos de una situación llegando a un foco superior integrador, eso es evolucionar, madurar.
En lo que respecta al Tarot, la energía que representa lo mencionado anteriormente es el Arcano El Papa, El Sumo Pontífice o también llamado el Hierofante. Esa figura nos habla justamente de lograr el aprendizaje ante determinado suceso en nuestras vidas, conectar con la chispa divina que habita en cada uno de nosotros pero que hay que encender, no está activa. Solamente es posible activarla cuando uno se atreve a interrogarse e ir más allá de las tensiones internas, poniendo el cuerpo, trascendiendo tus propios miedos. ¿Cómo te resuena lo que compartí en este artículo?. ¿Cómo te llevas con la energía de Escorpio y de Sagitario?. ¡Me encantaría que me cuentes!. Mi mail es contacto@logosastral.com. ¡Gracias por tu tiempo!. ¡Un Abrazo!.
Carolina Capmany
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