Estamos en fechas cercanas a la celebración del Carnaval, acontecimiento que se remonta a tiempos muy antiguos, incluso se dice que se remonta desde la época de los sumerios. En esos festejos se utilizan máscaras, disfraces y la consigna básica es divertirse y disfrutar, bajo la consigna de “permitirse” aquello que en lo cotidiano “no está permitido”. ¿Qué nos quiere decir esto realmente?.
Y aquí es cuando comienza el viaje realmente y vemos cómo algo tan conocido, general, incorporado desde lo social ha perdurado pero se ha desvirtuado. De hecho, como otros rituales, también han llegado a nuestros días solamente en su cáscara habiéndose perdido su esencia. Con el Carnaval sucedió lo mismo, hoy por hoy, hay varios lugares en donde directamente ni se considera, en otros algo se hace pero ni se sabe para qué y los que sí lo festejan conservan las formas. E incluso se sobrevalora la indumentaria y lo simbólico quedó completamente desplazado.
¿Cuál era la esencia de ese Festejo, de esos tres días?. Bueno, justamente la propuesta era que durante ese tiempo cada quien, por el hecho de usar máscaras y disfraces, o sea, bloqueando su identidad, se permitiera aquello que en lo cotidiano no se permitía. ¿Y a qué se referían con “aquello que en lo cotidiano no se permitían”?. Se refieren a “ser” lo que no eran, a atreverse a despegarse de su identidad y “ser” otra persona.
Aunque suene interesante y hasta desafiante, la pregunta que sigue a eso, es si te atreverías a realmente encarnar esa propuesta ya que en realidad lo que propone implica algo mucho más profundo. Y aquí es cuando se observa cómo casualmente un ritual como era el Carnaval tenía una riqueza enorme en su esencia, un porqué y un para qué muy profundos. Si lo tuvieras que analizar en detalle, ¿te atreverías a hacer aquello que en lo cotidiano jamás harías?.
Me voy a adelantar y te lo voy a responder, “sí lo harías”, porque el hecho de usar máscaras y disfraces te “protege” de la mirada del otro, de que te reconozcan del afuera por tu identidad. Aunque parezca un detalle menor, no lo es, por algo la propuesta es con máscaras y disfraces. Ese hecho a nivel psíquico produce un efecto de bloquear no solamente la mirada del otro externa que sería el juicio externo sino también tu propio juicio interno.
Ahora bien, ¿y para qué todo eso y qué relación tiene por ejemplo con la Astrología?. Respecto a la primera pregunta, la propuesta es aprender a explorarse y que te des cuenta que lo que te limita es tu identidad, tus juicios, lo que otros opinan y lo que vos opinas de vos opinas de tu persona. Aquí se abre un mundo nuevo ya que estás ante la posibilidad de descubrir que no hay cárcel externa o fuerza externa sino que es un freno mental.
Respecto a la segunda pregunta, tiene relación con la energía de Acuario, casualmente en un principio coincidía con la fecha. Luego cuando intervino el cristianismo, como hizo en tantas festividades paganas que además de tildarlas de impuras las tergiversó, la relacionó con la cuaresma y por eso a veces el Carnaval está en época Piscis.
Acuario lo que propone es abrirse a lo innovador, lo original, con lo cual la estabilidad de la identificación no es algo acuariano sino canceriano. El hecho de encarnar algo que no sos, es justamente despegarte de tu energía canceriana y experimentar la energía acuariana de conectar sin algo que defender o identificarse. De hecho los conflictos con los demás surgen cuando “defiendes” una postura, una ideología, o sea, una importancia personal. Y si hay algo que defender es porque te sientes atacado.
En definitiva, la propuesta del Carnaval es que te descubras en una nueva dimensión, en un nuevo personaje y que te atrevas a expandir tus horizontes mentales, tus perspectivas y eso al vivirlo y registrarlo generará cambios en tu interior que serán un antes y un después. Más allá de la propuesta del Carnaval, no se trata de aguardar a la fecha para acercarse a la vivencia. El punto es tomarlo para experimentarlo en tu vida en el momento que decidas, por ejemplo, de ahora en más. Lo que hacen los actores al encarnar un personaje, no es casualidad que la actuación esté relacionada con el signo de Leo, el opuesto complementario de Acuario, invita a esa exploración. ¿Quién te gustaría ser y no te atreves a serlo?.
Carolina Capmany
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